Politica en Concordía Parte II




Ya Colombia eligió la conformación del congreso para el periodo 2018 - 2022, los resultados, se puede decir, fueron positivos para los líderes del municipio de Concordia, en cuanto a los compromisos que se hicieron con los votos en el pueblo.
Lastimosamente, estos compromisos solo pudieron ser cumplidos mediante la compra de votos, lo cual deja el presentimiento de que el apoyo que se entregó será recompensado exclusivamente a los líderes. El municipio, como ha pasado tantas veces, se debe conformar con los pocos pesos que recibieron, espero equivocarme, pero espero también que cambien de una vez por todas esa bestialidad de comprar el voto, sobre todo a precios tan elevados, no sé si lo hacen con la intención de aplastar y sacar de la política a quien no tenga dinero, o talvez solo es una costumbre arraigada en el Magdalena, costumbre que tarde o temprano empezará a pesarles. Nuestros “lideres” simplemente son personas pasionales e incapaces de estimar mediante cálculos las opciones que más le convienen, y toman desesperados el camino fácil, y terminan suicidándose políticamente porque su liderazgo depende del dinero.
No han notado la locura que es pagar un voto al senado y cámara hasta por 200.000 pesos, ¿cuánto esperan que la gente les reciba por un voto a alcaldía? Teniendo en cuenta que este voto es un artículo que no se consigue en ganga, y que además no se vende a cualquiera, sino al que sea merecedor de tan digna vergüenza. No es chiste, en Concordia la persona que queremos apoyar, debe comprarnos el voto, y debe sentirse agradecido porque se lo vendimos a él, la gente se siente pendeja cuando vota gratis.
Puedes ver a los votantes peleándose, discutiendo y hablando de política con una pasión desmedida, como si les importara algo más que tener la razón, dicen saber de política pero que va, para hablar de política no se tiene que saber nada. Miren las legislativas, muchas personas no salieron a votar, y otros se acercaron a las mesas, pero ya los “lideres” habían agotado su dinero, lamentándose en el fondo, pues ese día se dieron cuenta que podían comprar los votos por muchísimo menos y sin tanta vuelta previa, pero el desespero pudo más, la experiencia no existe, sobreviven con lo que les dé algún un contacto.
Pero además de demostrar lo incapaces que son para gestionar y liderar, demuestran lo poco que les importa la gente que los apoya. La trampa está hecha, he conocido grandes proyectos que se han negado simplemente porque el ejecutarlos puede servir de propaganda para alguno de una corriente diferente, o generarle ingresos que pueden ser invertidos en comprar votos (si tiene suerte y se lo quieren vender a él), sé que muchos pensarán que es obvio que cada quien prefiere el bien propio que el común, porque es algo que se vive en un pueblo egoísta como el nuestro, pero no es la labor del político y tampoco la nuestra, pero es algo que nos perjudica, dejándonos en el atraso, las injusticias, , la pobreza, el abandono estatal, la miseria en el campo.
Creo que todos queremos un cambio, pero parece que no todos estamos dispuestos a ser parte de él, por eso nos excusamos en nuestras pasiones y propósitos individualistas. Deberíamos dejar de pensar que la corrupción, es sinónimo de viveza e inteligencia, y que saber engañar al pueblo es una cualidad política. Ni hablar de los el fanáticos religiosos. Hay personajes astutos que se indignan y actúan como si Dios les hablara exclusivamente a ellos, y se sienten con potestad para hablar por él a los pobres humanos, juzgando en su nombre. Estos líderes del fanatismo, grandes manipuladores de su feligresía, toman cada vez más fuerza y, se aferran al poder en Colombia. Cuando la coherencia debería direccionarlos a servir a la causa común, pero llenan la política de sus dogmas morales personales. Queman, prohíben, señalan y estigmatizan lo que saben que incendia a los electores y el elector se deja ‘comprar’ fácilmente cuando estos politiqueros montan un escándalo ‘moral’ en los medios. Convierten el quehacer de la política en oportunismo y burda propaganda de las consignas que más les conviene.
Nuevamente realizo un llamado a los jóvenes, los que han tenido la oportunidad de ver que las cosas pueden ser de otra manera, los que han visto que el pueblo está en una profunda crisis, los que no nos conformamos con cemento, porque sabemos que a los políticos les encanta negociar con las constructoras, sabemos quiénes se están enriqueciendo (ya hasta suena como candidato a alcaldía). Sé que la mayoría cree que hemos progresado en los últimos años, que antes era peor y al que opine algo diferente, se le dirá que es un crítico sin remedio y hablador de mierda como piensan muchos de mí, pero me voy a seguir cagando en quien me tenga que cagar. No voy a permitir que los que se benefician de la trampa, adulan y defienden a capa y espada las administraciones conviertan a Concordia en un lugar donde la crítica no está permitida.

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