Enfermedad política.
Fotografía de los diferentes afiches politicos en Concordia. |
Lo primero que quiero aclarar, es
que sé poco de política. Y espero que usted querido lector, también haga el
ejercicio de evaluarse, y tome consciencia, de que tanto debe discutir, de un
tema que desconoce. Porque el hecho de que todos crean que saben de política, y
se atrevan a opinar con autoridad, como si tuvieran un conocimiento mas allá
del básico, impulsados por las discusiones de esquina que tienen cuando se
acercan las elecciones, discusiones en las que solo hablan de cuantos votos
tiene uno y cuantos tiene el otro, dándole ventaja clara a su candidato. Ha
convertido la política en una peste, una horrible epidemia que infecta a cada
persona, cada evento, cada acción, cada tema, al punto que ni las hojas de los
arboles se mueven, sino es por su poder. Y me refiero a los escasos arboles que
sobrevivieron a aquella petición de arrancarlos de raíz y de recortar también, las
terrazas de las casas, porque las calles eran muy estrechas y no sé que mas, porque
ya eso todos lo olvidamos. Pero ese no es el punto, ahora solo quiero escribir
de esa gente enferma, que se pasan de ser fastidiosos con su fanatismo. Que
hablan como predicadores, repitiendo lo que le escucharon a otros, y que ven política,
hasta en la luna.
Parece que no se dan cuenta de que
todo lo dañan, no dejan crecer nada, todo lo pudren, todo lo manchan, se cagan
en todas partes, con sus estúpidos y groseros comentarios, porque claro, la política
en mi tierra es una guerra y la decencia no es común en la guerra, en la guerra
todo se vale, entre mas humilles al otro, mejor soldado eres, entre mas terco y
cerrado eres más consentido eres, el preferido de esos que buscan calmar su apetito burocrático, disfrazados
de supuestos soldados de la causa, que solo están tras los puestos y el
presupuesto; todos lo saben, pero también todos vivimos la hipocresía, y
algunos hasta se atreven a defender la utopía de que un alcalde no va a meterse
un peso mal habido al bolsillo. Si ya el tema es de cantidades, deberían dejarlo
claro.
Ya lo segundo que debemos dejar
claro, es que en el “pueblo” no hay política, eso por allá no existe, solo hay gobiernos,
y gobiernos cada vez más atropelladores y rapaces, que ven la curul de alcalde
como el premio de un reality show, que cada cuatro años deja un nuevo
millonario, acompañado de una manada de fanáticos
que se regocijan de ser “importantes” e intocables, que sienten seguridad por
vivir en un municipio lleno de gente ignorante, donde sus fechorías no tienen
mayor repercusión que un rumor, y se sienten seguros al arriesgar.
Otros, los concursantes que aun
no logran entrar a la casa estudio, quiero decir la alcaldía, sacrifican su
vida, su dinero, reputación, hasta su familia; tratando de alcanzar una posición
con límites municipales, porque es un territorio que creen conocer, para ellos
es un territorio seguro, y gastan su dinero y su tiempo simulando tener
contactos importantes, solo por mantener su fama. Y así no vamos llenando de
nuevos políticos, con peores intenciones que los viejos (por lo menos la mayoría).
Por eso es que la política en Colombia es escasa, no se equivoque, he visto a
muchos decir: “Fulanito si sabe de política”
y resulta que el sujeto conoce muchas estrategias de “politiquería” que al
final no son más que improvisaciones, que casi en su totalidad se resumen en
arreglos monetarios.
Realmente soy optimista, al
llamar enfermedad a la maldición que tenemos hoy, en un municipio donde la política
nunca duerme, en Concordia, la política no para, nunca se detiene. Y aunque bien
se sabe, que lo que se construye con antelación en cuanto a política, se
derrumba como un castillo de naipes en la víspera; pero nadie se quiere quedar
atrás, todos quieren participar del gran juego, cuya atracción son las apuestas
de intereses y vanidades, en la que cada quien tira para su lado, esperando
ganar posiciones y contratos.
Ejemplos de enfermos políticos, tenemos
muchos, para citar algunos puedo mencionar al superhipermegacarismatico “joven” que ni siquiera se ha dado cuenta
de que ha envejecido con la intención de llegar a ser concejal, después de dos
fracasos y de la horrible imagen que tiene, por ofrecer becas en la Universidad
del atlántico (cosa que es imposible) entre otros líos con el pago de seguridad
social, es mejor que cumpla su palabra, aunque esto no se cura fácilmente, lo más
factible, es que use una imagen más limpia, para vivir su sueño a través de él.
Claro, eso le serviría para dedicarse de tiempo completo a subir fotografías de
todo a facebook, a pedir donaciones para
hacer política o a intentar dañar iniciativas sanas, como la campaña de recolección
de alimentos que hicimos para los más necesitados en Concordia y sus
corregimientos, que gracias a Dios, aunque la perjudicó, no pudo dañar.
O está este otro chico, que hace
menos de dos años, hablaba de Hittler y la segunda guerra mundial y que hoy se
cree asesor político, formalísimo para diseñar publicaciones, pero grosero al
momento de confrontar las opiniones ajenas, pero de él no hablaré mucho, tengo
claro que la marioneta se mueve dependiendo del hilo que tiran.
Solo quiero expresar: ¡Ombe´ recójanse!
su ignorancia perjudica un municipio, que descuida todo, por estar pendiente de
política y lamentablemente, política por allá, no hay.
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